Dichoso Lecho de Muerte.
Regada en el piso, hiriente, tu vida,
en indefensos estanques de líquido rubí.
Villano el metal, que en gesto esquivo,
se jacta, de enterrado, en tu pecho existir.
Escucho extinguirse tu latido a cada golpe,
y al rubí lo riegan diamantes de mis incautos ojos,
que sin ser capaces de permanecer prudentes,
dejan que mi pena se muestre a tu pálido rostro.
Sin palabras de adiós balbucean tus labios,
tu cuerpo casi inerte entre mis temblorosos brazos,
tu alma que viaja lejana a la mía,
callada mi boca que te llora ruidosa,
tu mano que acuna mi sonrojada mejilla,
y el verde color de tus ojos que imploran,
la ausencia de dolor, que imposible se quita.
¿Cómo evitar que mi alma se quiebre?
¿Cómo, que el corazón se descomponga?
¿Cómo, que cada fibra de mi cuerpo
te proteja, en abrazo, de la inminente Gloria?
No encuentro remedio futuro al desamparo,
y no basta en reflexión mi mente dividida
entre mi cavilación, salvación en canto,
y tu acerba, funesta, pérfida partida.
Contemplo el último cruel palpitar,
que sin escuchar mis lastimeras súplicas,
se lleva tu alma lejos de tu cuerpo.
Comprendo que, consigo, se ha llevado la mía,
y sin encontrar suficiente consuelo,
con el arma del malhechor cubierta en tu vida,
a tu último suspiro le entrego la mía,
buscando en mi cuerpo su eterno lecho.Por Mara Y. Martinez, Julio 2010
sábado, 10 de julio de 2010
Poesías Libres en Momentos Desesperados
(Poesía libre: dícese de aquella que no concibe, desde la cuna, clasificación alguna XD. Disfruten!)
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2 comentarios:
Lo malo de estar en el Illia: Todos son mejores escritores que yo y mejores músicos que yo.
Menos mal que soy bailarina, que ahí tengo ventaja porque somos pocas :D
awwww gracias ^^ pero a los mejores no les llego ni al dedo chiquito ;)
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